El sargento del GIR logró subir el Everest sin oxígeno suplementario. Ahora, va por un desafío aún mayor: coronar las cumbres más altas de cada continente
Patricio Arévalo no es un alpinista profesional ni un deportista patrocinado. Es policía, rescatista y padre de familia. Y el 11 de mayo de 2025, se convirtió en uno de los pocos ecuatorianos en conquistar el Everest sin usar oxígeno suplementario. A 8.848 metros de altura, con temperaturas de -40°C y vientos de más de 100 km/h, Arévalo logró una hazaña al alcance de muy pocos.
El sargento primero de la Policía Nacional, miembro del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), subió junto al guía nepalés Ang Pemba Sherpa, en lo que fue el primer ascenso exitoso de la temporada, en medio de una masiva presencia de expediciones y condiciones climáticas difíciles.
Pero este no es un logro aislado. Arévalo lleva años preparando su proyecto personal llamado Ecuador Cruzando Fronteras, que consiste en escalar las siete cumbres más altas de cada continente. Ya ha coronado cinco: Aconcagua (Argentina), Elbrus (Rusia), Kilimanjaro (Tanzania), Denali (Alaska) y ahora el Everest. Solo le faltan el monte Vinson en la Antártida y la Pirámide Carstensz en Oceanía.
El reto lo ha financiado con recursos propios, sin apoyo institucional, aunque sí con el respaldo moral de la Policía, que celebró su logro como símbolo de disciplina y superación. Su preparación combinó entre 4 y 5 horas diarias de entrenamiento, junto con su trabajo y responsabilidades familiares.
Nacido en Guaranda en 1984, Arévalo también lidera desde 2016 la iniciativa Montaña Segura, un programa para prevenir accidentes y promover prácticas responsables en actividades al aire libre en Ecuador.
Hoy su nombre se suma a los de Iván Vallejo, Carla Pérez y Patricio Tisalema, pero con un enfoque distinto: llevar la bandera del montañismo ecuatoriano desde su rol como servidor público y rescatista, con un proyecto que va más allá del Everest.