Cabos y sargentos habrían suministrado armas a la Mafia 18 y Freddy Krueger.
La Fiscalía General del Estado reveló que un grupo de policías estuvo involucrado en la venta ilegal de armas a organizaciones criminales en Guayaquil. Este caso, denominado «Depuración Azul», apunta a desmantelar una red compuesta por tres civiles y ocho policías, de los cuales siete estaban en servicio activo y uno ya retirado.
La investigación, liderada por el Departamento de Conducta Policial desde enero, descubrió que cabos y sargentos ofrecían armas oficiales por mil dólares y municiones por 500 dólares, supuestamente sustraídas con la excusa de usarlas en entrenamientos. Además, brindaban servicios de reparación de armas a personas civiles.
Los principales compradores habrían sido dos grupos delictivos con fuerte presencia en Guayaquil: la Mafia 18 y los Freddy Krueger. Estas bandas están vinculadas a delitos graves como tráfico de armas, extorsión en barrios populares, microtráfico de drogas y sicariato, y funcionan como células de grupos criminales mayores.
Un plan anticorrupción de la Policía Nacional está en marcha para limpiar las filas y detener este tipo de acciones ilícitas. La red también habría contado con la colaboración de un taxista que transportaba las armas y municiones, camufladas como repuestos de vehículos para evitar ser detectadas en envíos por encomiendas y mensajerías.
En los operativos realizados se allanaron 14 inmuebles, incluyendo bodegas policiales y la cárcel de Latacunga, logrando la detención de varios implicados. Las autoridades continúan la investigación para determinar el alcance total de la red y cuántas armas fueron vendidas.
Este escándalo se suma a otros casos que evidencian la infiltración del crimen organizado dentro de la Policía Nacional, y refuerza la necesidad de fortalecer las acciones para erradicar la corrupción y la complicidad interna.