El mandatario mantuvo en reserva los motivos y la agenda de su visita, pese a la fuerte presión pública tras su reciente derrota en el referéndum.
El presidente Daniel Noboa regresó a Ecuador en la madrugada de este 21 de noviembre, tras completar un viaje de tres días a Estados Unidos cuya motivación sigue siendo un misterio. Ni el decreto que autorizaba su salida del país ni la Presidencia ofrecieron detalles sobre la agenda que cumplió entre el 18 y el 20 de noviembre, pese a los reiterados pedidos de información realizados por periodistas.
El mandatario viajó en el avión presidencial desde Quito hasta el aeropuerto de Teterboro, a 20 kilómetros de Manhattan, un trayecto que también utilizó para su retorno la noche del jueves. Durante su estadía firmó dos decretos —uno en Washington y otro en Nueva York—, este último para oficializar el nombramiento de la asambleísta de ADN, Nataly Morillo, como nueva ministra de Gobierno, luego de que Álvaro Rosero desistiera de aceptar el cargo.
El viaje se produjo días después de la contundente derrota que sufrió el Gobierno en el referéndum del 16 de noviembre, donde el ‘No’ ganó con holgura en las cuatro preguntas, incluida la propuesta de instalar una Asamblea Constituyente y la que buscaba permitir nuevamente bases militares extranjeras en territorio ecuatoriano. En ambas, el rechazo superó el 60 % de votos válidos. Hasta ahora, Noboa no ha ofrecido declaraciones públicas sobre el revés, más allá de un escueto mensaje en su cuenta de X en el que aseguró respetar la decisión ciudadana.
El hermetismo que rodeó el viaje ha reavivado cuestionamientos sobre la transparencia de las actividades del Jefe de Estado, quien ha visitado Estados Unidos en al menos trece ocasiones desde que asumió la Presidencia en 2023. Algunos de esos desplazamientos respondieron a asuntos oficiales, mientras que otros fueron personales, como el nacimiento de su tercer hijo en Miami a inicios de 2024, ciudad donde él mismo nació en 1987.
Sin respuestas claras desde Carondelet, la visita relámpago de Noboa vuelve a abrir el debate sobre la necesidad de rendición de cuentas en los viajes internacionales del Presidente, especialmente en un momento de inestabilidad política y tras una derrota electoral que marca un punto de inflexión para su administración.








