LigaPro: ¿Competitiva o predecible?

Opinión

Cada temporada de la LigaPro ecuatoriana empieza con promesas renovadas: nuevos fichajes, técnicos extranjeros, canteras pujantes y proyectos ambiciosos. Sin embargo, a medida que avanza el torneo, una duda se instala en el ambiente: ¿realmente estamos ante una liga competitiva, o ya sabemos de antemano quiénes pelearán el título y quiénes descenderán?

Desde la creación de la LigaPro en 2019, se han hecho avances significativos en términos organizativos y comerciales. El producto ha ganado en presentación, marketing y transmisiones, pero eso no siempre se traduce en una mayor paridad deportiva. A pesar de que en la tabla de posiciones suele haber varios equipos con puntajes parejos, los mismos nombres, Barcelona SC, Independiente del Valle, Liga de Quito y en menor medida Emelec, siguen monopolizando los títulos, las finales y los boletos internacionales.

Para muestra, un repaso de los campeones desde que nació la LigaPro:

  • 2019: Delfín SC (única sorpresa del ciclo)
  • 2020: Barcelona SC
  • 2021: Independiente del Valle
  • 2022: Aucas (otra excepción, pero con fuerte inversión)
  • 2023: Liga de Quito
  • 2024: Independiente del Valle
  • 2025 (en curso): Disputa entre IDV, Barcelona y Liga de Quito

Salvo casos puntuales como el Delfín de 2019 o el Aucas de 2022 (que tuvo una de las plantillas más caras ese año), la hegemonía está clara. Independiente del Valle ha desarrollado un modelo sostenido de cantera, venta de jugadores y reinversión inteligente. Barcelona mantiene un poder de marca que le permite atraer talento, porque últimamente el ídolo parece más un equipo marketing, que rival fuerte. Liga ha apostado por refuerzos de experiencia y técnicos con visión. Los tres clubes más fuertes en lo deportivo también lideran en términos de valor de mercado:

Valor estimado de plantillas (agosto 2025) *:

  • Independiente del Valle: ~$23 millones
  • Barcelona SC: ~$18 millones
  • Liga de Quito: ~$16 millones
  • Emelec: ~$9 millones
  • El resto (Aucas, católica, Técnico U., etc.): entre $3 y $7 millones

(*Datos aproximados de Transfermarkt y prensa local)

La brecha es notoria. Mientras los grandes tienen capacidad para contratar jugadores internacionales, retener talento local y proyectar técnicos con continuidad, los demás clubes luchan con presupuestos reducidos, sueldos retrasados y proyectos que no logran sostenerse más de una temporada. Pero tampoco significa que los equipos “grandes” estén al día en pagos siempre.

Eso no significa que el torneo esté muerto. Al contrario, en cada jornada se ve a equipos pequeños complicando a los grandes, juveniles irrumpiendo con calidad y partidos con emociones reales. Pero la “competitividad” de la que se habla muchas veces es más aparente que real: los resultados se reparten, pero los títulos siguen cayendo en las mismas vitrinas.

Entonces, ¿es la LigaPro competitiva o predecible? La respuesta puede estar en el punto medio. Es un torneo en evolución, con una élite clara y un pelotón irregular. Para que esa competitividad sea real y no solo estadística, se necesita más inversión en formación, menos dependencia de nombres y más estabilidad en los clubes. La liga no necesita más finales sorpresivas; necesita más instituciones capaces de competir todo el año, con ideas claras y estructuras sólidas.

El nuevo formato que la LigaPro busca implementar, con playoff ampliados o posibles fases de repechaje para acceder a semifinales, puede ser un paso importante hacia una competencia más dinámica. Si se abre la posibilidad de que más equipos peleen un cupo hasta el final del año, incluso aquellos de mitad de tabla podrían mantener vivo el sueño de clasificar y sorprender. Esto no solo prolongaría el interés deportivo, sino que también obligaría a los clubes grandes a sostener su nivel por más jornadas.

Sin embargo, ningún formato será milagroso si no va de la mano con políticas de control financiero, incentivo a canteras, límites a extranjeros y apoyo real a los clubes chicos. El tema arbitral es otro dolor de cabeza que semana tras semana, siempre se critica el tema, sin mencionar los escenarios deportivos, que son una lagrima que, no solamente perjudica el juego, también es peligroso para el jugador, pues en canchas con tantos huecos y maltratadas, hasta una fractura puede volver a pasar.

 El espectáculo necesita equilibrio. El público quiere emociones, pero también justicia deportiva. Si se combinan los cambios estructurales con un formato más abierto y bien calendarizado, la LigaPro podría pasar de ser una liga predecible… a una realmente emocionante.

Este artículo representa una opinión personal y no refleja la postura oficial de este medio. Se trata de un análisis basado en fuentes y percepciones del autor sobre el contexto actual deportivo.

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