Las cifras del INEC revelan que la calidad del empleo en Ecuador sigue estancada y afecta a más de seis de cada diez trabajadores.
El mercado laboral ecuatoriano continúa estancado. Así lo reflejan las cifras publicadas este 26 de noviembre por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), que muestran que la tasa de empleo adecuado o pleno llegó al 37,4% en octubre de 2025, una variación que el organismo califica como no estadísticamente significativa frente al mismo mes de 2024, cuando se ubicó en 35,3%.
El empleo adecuado —que incluye a quienes trabajan al menos 40 horas semanales y ganan al menos el salario básico unificado, actualmente de USD 470— sigue representando a menos de cuatro de cada diez trabajadores en el país. Es decir, más del 60% de la población ocupada vive en condiciones laborales precarias o insuficientes, un dato que mantiene encendidas las alertas entre economistas y especialistas del trabajo.
En paralelo, la tasa de empleo bruto alcanzó el 62% a escala nacional, sin cambios relevantes frente a octubre de 2024. Este indicador mide a la población ocupada en relación con quienes se encuentran en edad de trabajar y refleja que, aunque hay personas trabajando, no necesariamente lo hacen bajo condiciones dignas o con ingresos que cubran el costo de vida.
La tasa de desempleo también se mantuvo prácticamente intacta: llegó al 3,2%, frente al 3,5% registrado un año antes. Sin embargo, la estabilidad en este indicador no significa un avance, pues la calidad del empleo continúa siendo el principal problema estructural del país.
Uno de los datos más sensibles es el del empleo informal, que se ubicó en 51,5% en octubre de 2025. Aunque la cifra es 3,4 puntos menor a la del mismo mes de 2024 (54,9%), el INEC concluye que esta variación tampoco es estadísticamente significativa. En otras palabras, más de la mitad de los trabajadores ecuatorianos sigue en la informalidad, sin seguridad social, sin estabilidad y sin garantías básicas.
Pese a los discursos oficiales sobre reactivación económica, dinamización productiva o atracción de inversiones, las cifras muestran que el mercado laboral ecuatoriano permanece prácticamente sin cambios reales. La ausencia de mejoras significativas revela un estancamiento que afecta directamente la capacidad de las familias para sostenerse y proyectar estabilidad.
Mientras los indicadores se mantienen inmóviles, el país continúa pendiente de reformas, políticas de empleo y estrategias de crecimiento que permitan que el trabajo digno deje de ser un privilegio y se convierta en una realidad para la mayoría.








