El Bueno, El Malo y El Representante del Pueblo: Estereotipos a la Ecuatoriana

Masterchef Celebrity Ecuador

La final de MasterChef Celebrity Ecuador no solo nos dejó con un nuevo ganador, sino que también reflejó cómo funcionan los estereotipos en nuestra sociedad. En una conversación con amigos que han participado en ediciones anteriores del reality, llegamos a una conclusión interesante: como en una buena película del Viejo Oeste, tuvimos a El Bueno, El Malo y El Representante del Pueblo. Cada uno encajó en patrones que se repiten más allá de la televisión y nos dicen mucho sobre cómo pensamos y actuamos como ecuatorianos.

El Bueno: Shanny Nadan, la favorita del manual

Shanny Nadan tenía todo para ganar: técnica, disciplina y una imagen impecable. Representa ese estereotipo del “triunfador legítimo”, la persona que sigue las reglas, se esfuerza y obtiene su recompensa. En la sociedad ecuatoriana, este es el perfil que suele ser admirado, pero también el que genera resistencia cuando su éxito parece demasiado predecible.

El ecuatoriano promedio respeta al disciplinado, pero en secreto le molesta cuando la victoria parece demasiado obvia. No en vano, cada vez que alguien parece tenerlo todo para ganar, surgen murmullos de “seguro hay trampa”, “seguro hay corrupción”. Cualquier parecido con la realidad NO es coincidencia; es tal cual.

El Malo: Natalia Regge, la villana sin querer

Todo reality necesita un antagonista, y en esta edición, para algunos, fue Natalia Regge. No porque realmente fuera mala, sino porque encajaba en el molde del personaje polémico. En Ecuador, el “malo” no siempre es quien actúa con maldad, sino quien desafía las expectativas.

Natalia no encajaba en el molde de la perfección pulcra, y eso fue suficiente para generar opiniones divididas. Nuestra sociedad castiga la irreverencia y lo diferente, pero al mismo tiempo disfruta del espectáculo que eso genera. Es la misma razón por la que, en política o en el entretenimiento, siempre hay figuras que polarizan: el ecuatoriano necesita un villano para que la historia funcione.

El Representante del Pueblo: Alex Vizuete, el corazón de la audiencia

Y luego está el favorito del público: Alex Vizuete, el “man del pueblo”, el hombre con el que “la gente se identifica”. En Ecuador, el carisma y la cercanía pesan tanto como la técnica, si no más. No importaba si no era el más preparado o el más técnico en su cocina; lo relevante era que representaba a “uno de nosotros”.

En la política, en el deporte y hasta en la farándula, el ecuatoriano ama a este personaje. No siempre gana, pero siempre deja huella y genera afecto.

El Ecuador social más allá de MasterChef

Esta dinámica no es exclusiva de un reality. La vemos en elecciones presidenciales, en competencias deportivas y hasta en el trato diario entre clases sociales. Nos gusta dividir el mundo en héroes, villanos y gente del pueblo porque es más fácil entender la realidad en blanco y negro.

Pero, ¿y si el bueno no es tan bueno? ¿Si el malo solo es diferente? ¿Si el representante del pueblo no es realmente el más apto para ganar? Tal vez la clave está en dejar de encasillar y empezar a ver a las personas como son.

Lo más importante debería ser hacer que las cosas pasen, más allá de un papel en un show. Pero, en lugar de aprender la lección, seguimos cayendo en la trampa de los estereotipos, y esto no se queda solo en la televisión.

En la política ecuatoriana, particularmente en la segunda vuelta presidencial entre correístas y noboístas, el juego es el mismo. Nos dejamos llevar por el personaje que encaja con nuestras simpatías y no por el que realmente tiene las competencias para liderar y ejecutar. Elegimos al que mejor nos cae, al que parece “el nuestro”, sin evaluar si realmente es la mejor opción.

Esto encaja con la farandulización de la política, de la que en otras ocasiones he hablado, donde los criterios objetivos desaparecen y lo importante es quién genera más espectáculo o despierta más emociones. Mientras sigamos votando por el estereotipo que nos venden las redes y no con la razón, el show continuará, pero los resultados seguirán dejando un sabor amargo. (O)

Este artículo representa una opinión personal y no refleja la postura oficial de este medio. Se trata de un análisis basado en fuentes y percepciones del autor sobre el contexto político actual en Ecuador y la región.

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