Millonario préstamo en 2025: ¿más deuda para Ecuador?
El gobierno de Daniel Noboa tiene una tarea clave para 2025: lograr que el Fondo Monetario Internacional (FMI) apruebe tres evaluaciones de metas económicas. Solo así podrá acceder a desembolsos que suman aproximadamente USD 1.250 millones este año.
Por ahora, está pendiente la aprobación del primer desembolso, de entre USD 410 y 415 millones, aunque el FMI había señalado que la evaluación necesaria se realizaría después de las elecciones presidenciales del 13 de abril. Sin embargo, ya entramos a junio y aún no hay respuesta oficial.
Según el cronograma, se esperan dos revisiones más: una en junio y otra en noviembre, con montos similares. Pero este año no será fácil cumplir con los objetivos, ya que la situación económica del país y del mundo ha cambiado significativamente desde que se firmó el acuerdo en mayo de 2024.
Las condiciones del FMI: más que números
Ecuador es actualmente el cuarto país más endeudado con el FMI a nivel mundial. El tipo de crédito vigente, conocido como Servicio Ampliado del Fondo (SAF), impone al país metas tanto cuantitativas como cualitativas. En otras palabras, no basta con buenas intenciones: se exigen resultados medibles y reformas estructurales.
Entre las metas numéricas están:
Reducir el déficit fiscal (gastos mayores a ingresos del Estado).
Pagar deudas atrasadas a proveedores y gobiernos locales.
Aumentar las reservas internacionales del Banco Central.
Ampliar la cobertura de bonos sociales.
Mientras que las metas estructurales incluyen:
Automatizar los pagos del Estado.
Crear un cronograma para mejorar la transparencia en contrataciones.
Resolver la millonaria deuda entre Finanzas y el IESS.
Auditar a empresas estatales como Petroecuador y Petroamazonas.
Revisar el sistema de tasas de interés del país.
¿Cómo va Ecuador en este camino?
El acuerdo con el FMI, que tiene una duración de cuatro años, fue firmado por un total de USD 4.000 millones. De ese monto, el país ya recibió USD 1.500 millones en 2024: el primer desembolso de USD 1.000 millones llegó tras el alza del IVA del 12% al 15%, una medida que ayudó a cerrar brechas fiscales. El segundo, de USD 500 millones, fue aprobado luego de una revisión favorable en diciembre de ese año.
Pero en 2025, el panorama es diferente. La revisión actual, que analiza el desempeño entre septiembre y diciembre de 2024, coincide con una crisis eléctrica que golpeó la economía nacional. Menor consumo, recesión y dificultades para aplicar reformas marcaron ese periodo.
¿Y ahora qué?
A pesar de los desafíos, el Gobierno sigue en contacto directo con el Fondo. El 26 de abril, la ministra de Finanzas Sariha Moya viajó a Washington para reunirse con las autoridades del FMI, y reafirmó el compromiso del país con la sostenibilidad fiscal y el crecimiento económico.
Posteriormente, el 21 de mayo, un equipo técnico del Fondo llegó a Quito para avanzar en las discusiones sobre la revisión de metas. Aunque no se han dado fechas exactas, hay señales de que el diálogo continúa abierto.
El 2 de junio, Noboa demostró intención de retomar el orden fiscal, tras haber incrementado el gasto público a inicios del año. Entre las nuevas medidas anunciadas por su vocera Carolina Jaramillo están:
Eliminar subsidios al diésel para flotas atuneras, lo que generará un ahorro de USD 42 millones al año.
Crear una tasa de fiscalización minera, que permitirá recaudar más de USD 200 millones al año para combatir la minería ilegal.
Aumentar las tarifas eléctricas para empresas de alto y medio voltaje, lo que sumará ingresos adicionales de hasta USD 256 millones.
Estas tres medidas podrían representar USD 498 millones anuales para las arcas fiscales.
Además, el Gobierno ya contactó a consultoras internacionales para auditar a empresas clave como Petroecuador, CNEL y Celec, y ha reabierto el catastro minero para atraer inversión privada. También ha enviado proyectos de ley para combatir la corrupción y frenar el avance de las economías criminales.
¿Se renegocia o se mantiene el acuerdo?
Todo indica que Ecuador seguirá bajo el paraguas del FMI, pero posiblemente con condiciones revisadas. Lo que está en juego no es solo el dinero, sino también el rumbo económico del país.
