El alcalde anunció 300 unidades como promesa en 2024.
El Municipio de Guayaquil enfrenta polémicas recientes relacionadas con la seguridad, incluyendo tensiones con el sistema ECU-911 y la decisión de no proporcionar transporte a la Policía. Mientras se debaten acciones legales y cuestionamientos operativos, la ciudadanía exige soluciones concretas ante el aumento de la delincuencia.
Entre las promesas de campaña del alcalde Aquiles Álvarez, una de las más esperadas es la implementación de 300 drones para la vigilancia en las parroquias. Hace dos años, el entonces candidato aseguraba que esta medida transformaría la seguridad en la ciudad. Sin embargo, a casi dos años de su administración, los drones aún no han sido desplegados. En octubre de 2023, Álvarez reiteró que la propuesta seguía en marcha dentro del presupuesto municipal, e incluso mencionó la posibilidad de incorporar una caballería municipal para reforzar la seguridad en el casco comercial.
A pesar de estas declaraciones, en el primer trimestre de 2025, la iniciativa sigue sin concretarse y sin una respuesta oficial sobre su implementación. Además, otras problemáticas urbanas, como el estado del asfalto y el aumento de baches, continúan sin una solución visible.
Expertos en seguridad consideran que el uso de drones podría mejorar la vigilancia en los sectores más vulnerables. Nelson Yépez, especialista en el área, señala que la combinación de tecnología y presencia física —con camionetas y personal de seguridad— optimizaría las acciones de patrullaje. Propone la creación de equipos móviles con drones para intervenir en zonas de difícil acceso y apoyar operativos de persecución y reconocimiento.
Jorge Villacreses, presidente de la Cámara de Seguridad del Ecuador, destaca que un sistema de drones eficiente debe incluir camiones blindados con una central de monitoreo y helipuertos para el despegue y aterrizaje. Además, enfatiza la necesidad de coordinación con la Policía para transmitir imágenes en tiempo real, permitiendo detectar amenazas y actuar con precisión en situaciones delictivas.
Mientras tanto, la falta de avances en este tipo de estrategias genera incertidumbre en la ciudadanía, que espera respuestas concretas y la materialización de promesas clave en la lucha contra la inseguridad. (I).