$400 por pasar o te secuestran la unidad, denuncian chóferes

Carreteras del miedo: choferes pagan por pasar seguros.

José, conductor de una cooperativa interprovincial con más de 15 años de experiencia, confiesa que cada jornada comienza con miedo. A sus 45 años, este chofer —que recorre rutas hacia Guayaquil y Quito— asegura que trabajar en las carreteras del país se ha vuelto un riesgo permanente por las extorsiones, asaltos y amenazas que enfrentan los transportistas.

“En Los Ríos, los vacunadores nos esperan en El Empalme o Quevedo. Nos exigen hasta 400 dólares por mes y por vehículo para dejarnos pasar. Si no pagamos, nos disparan o se llevan el bus”, relata José.

Según su testimonio, estas bandas delictivas han comenzado a identificar y perseguir a las cooperativas que vienen de la Sierra hacia la Costa. “A los que venimos de Quito o Ambato nos cobran porque cruzamos zonas dominadas por bandas en Guayas y Manabí. En Bucay o La Troncal nos interceptan con armas y exigen el dinero en efectivo o por transferencia. Si no pagamos, no volvemos a circular”, denuncia.

A las extorsiones se suman los robos a pasajeros y ataques directos a las unidades. José recuerda que, hace pocos días, cuatro hombres armados asaltaron su bus en Santo Domingo, despojando a todos los ocupantes de sus pertenencias. “Si no hay seguridad en las vías, muchas cooperativas como la mía van a desaparecer”, lamenta.


Fenacotip: “Todo el Litoral está vacunado”

La Federación Nacional de Cooperativas de Transporte Público de Pasajeros del Ecuador (Fenacotip) confirma que el fenómeno de las “vacunas” se ha extendido en todo el país.
Su gerente, Abel Gómez, describe una crisis generalizada:

“Desde Esmeraldas hasta Machala, todo el Litoral está vacunado. Ahora incluso están cobrando a las cooperativas que bajan desde la Sierra. Les dicen: ‘Si quieres pasar a Manta o Guayaquil, tienes que pagar’”.

Gómez explica que los transportistas han denunciado el problema en mesas de seguridad y que las Fuerzas Armadas y la Policía han desplegado operativos. Sin embargo, considera que la inseguridad requiere reformas legales más firmes para frenar la impunidad.

El dirigente señala que la situación económica del sector es crítica:

“Antes, cada bus transportaba unos 22 pasajeros; ahora apenas 12. Los socios pagan entre 300 y 400 dólares mensuales por extorsión. Cuando se niegan, los matan o balean las unidades, como ya ha ocurrido en Santa Elena y El Oro.”

Fenacotip agrupa 326 operadoras de las 425 que existen en el país, y muchas reportan pérdidas severas por las extorsiones y la disminución de pasajeros.


Violencia y miedo en las carreteras

De acuerdo con cifras del gremio, al menos 15 conductores fueron asesinados en 2025, y más de 80 entre 2023 y 2024. Las víctimas son choferes que se negaron a pagar o que fueron atacados durante asaltos.

En la provincia de Manabí, el representante de los transportistas, Eduardo Burgos, advierte que la inseguridad ya no se limita a las carreteras.

“En Portoviejo hay asaltos incluso dentro de la ciudad. En la terminal terrestre ya hemos tenido varios robos, sobre todo en la vía a Santa Ana. La cooperativa Ayacucho ha sido una de las más afectadas.”

Burgos añade que los ataques buscan sembrar miedo y obligar al pago de las extorsiones, que en algunos casos llegan hasta 50.000 dólares mensuales en Los Ríos, según denuncias de los propios transportistas.


Hoy, el transporte interprovincial vive una de sus peores crisis: menos pasajeros, rutas restringidas y conductores amenazados. Lo que antes era un viaje cotidiano entre provincias, ahora se ha convertido en un trayecto marcado por la violencia y el miedo.

 
 
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