Un informe de la Unicef revela que uno de cada diez niños en el mundo ya padece obesidad y urge a los gobiernos a regular los entornos alimentarios.
La obesidad se ha convertido este 2025 en la forma más común de malnutrición entre niños y adolescentes, superando por primera vez al bajo peso, según un informe de Unicef publicado este martes 9 de septiembre.
El documento, titulado “Alimentando el negocio: Cómo los entornos alimentarios ponen en peligro el bienestar de la infancia”, revela que 188 millones de menores de entre 5 y 19 años —uno de cada diez en el planeta— padecen actualmente obesidad.
“Se trata de un cambio muy importante en la forma de abordar la malnutrición por parte de los gobiernos y de la comunidad internacional. Tradicionalmente, trabajábamos en la prevención de la desnutrición, pero eso ha cambiado”, explicó a EFE Mauro Brero, asesor senior de Nutrición en Unicef.

Tendencia global: menos bajo peso, más obesidad
Los datos muestran una transformación en los últimos 25 años. Desde el 2000, la prevalencia del bajo peso infantil descendió del 13 % al 9,2 %, mientras que la obesidad creció del 3 % al 9,4 %.
Actualmente, la obesidad supera al bajo peso en todas las regiones del mundo, salvo en África Subsahariana y Asia Meridional. La situación es especialmente preocupante en:
Norteamérica: 45 % de menores de 10 a 14 años con obesidad.
Latinoamérica y el Caribe: 39 %.
Oriente Medio y Norte de África: 36 %.
Europa Occidental: 28 %.
En países como España, donde se presume de dieta mediterránea, un 31 % de los niños presenta sobrepeso y un 10 % obesidad. Según Unicef, entre un 20 % y un 30 % de las calorías que consumen provienen de ultraprocesados.

El impacto en América Latina y Ecuador
La región latinoamericana enfrenta un reto particular: “El 80 % de los adolescentes consume regularmente productos azucarados. En países como México o Brasil, los niños obtienen casi el 40 % de sus calorías de ultraprocesados. Los cereales de grano entero han sido reemplazados por papitas y refrescos”, advirtió Brero.
En Ecuador, a pesar de que la obesidad crece, el país mantiene además la prevalencia más alta de desnutrición infantil crónica en Sudamérica, lo que refleja una doble carga de malnutrición.
Riesgo adicional: bebidas energéticas
El informe también subraya la expansión del consumo de bebidas energéticas entre adolescentes, productos cargados de azúcar, cafeína y taurina.
Unicef insta a los gobiernos a regular su publicidad, etiquetarlos con advertencias claras y frenar la idea de que son aptos para deportistas. “Necesitamos crear un estado de opinión que los perciba como lo que son: tóxicos para niños y adolescentes”, concluyó Brero.