El informe forma parte del proceso judicial por presunto peculado en la reconstrucción de Manabí.
En la entrevista, Glas afirmó que enfrenta insomnio crónico, falta de medicación adecuada y que tiene prohibidas tanto las visitas como el acceso al patio en el Centro de Privación de Libertad La Roca, en Guayaquil, donde se encuentra recluido. También relató que en abril de 2024 intentó suicidarse ingiriendo 60 pastillas.
“Me refuerzan las ideas suicidas, el decir: me mato de una vez, así se acabó la historia”, afirmó Glas, que además se quejó de falta de justicia: “me llevan a juicio cuando yo ni siquiera compré un lápiz… hay persecución… y yo soy el que más pago las consecuencias”, dijo.
En el peritaje se le realizaron cinco pruebas psicológicas para determinar el estado de Glas en varias vertientes: el riesgo de suicidio, el grado de ansiedad, de depresión y el funcionamiento psicológico y social. Según el informe, el riesgo de suicidio alcanzó 13 de 15 en la Escala de Plutchik–Van Praag, lo que significa que el riesgo es muy alto y requiere intervención. La ansiedad fue calificada como “leve a moderada” (18 puntos), mientras que el trastorno depresivo fue diagnosticado como “grave”, sin que aparezcan síntomas psicóticos.
Además, el peritaje identificó tres diagnósticos principales:
Trastorno depresivo recurrente, episodio actual grave sin síntomas psicóticos.
Simulación consciente: algunos síntomas podrían ser fingidos o exagerados con una posible intención secundaria.
Transformación persistente de la personalidad tras una experiencia catastrófica.
De acuerdo con la perito, el estado de Glas puede mejorar con un tratamiento médico, sin que eso afecte a sus facultades mentales, pero sí a sus emociones y a sus actividades diarias.
Glas también relató vivencias de violencia vivida en prisión, como motines y descuartizamientos, que le provocaron alucinaciones visuales y auditivas: “Desde ese momento empecé a ver charcos de sangre con babosas (…) escucho voces, siempre relacionadas con la sangre”, contó.
En el ámbito personal, el exvicepresidente afirmó que está divorciado y tiene dos hijos, de los cuales no tiene noticias debido a que están suspendidas las visitas: “Me parece que en cierta forma ha sido positivo para ellos, porque ya se han olvidado de mí”, afirmó.
Recomendaciones
En el peritaje, la perito Ángela Salazar recomendó formar una junta médica que incluya a todos los doctores que están a cargo de Glas, así como el reajuste de sus medicaciones, el control estricto de su administración y que el exvicepresidente continue bajo un tratamiento psicológico y psiquiátrico permanente. Según el informe, el ingreso a un hospital psiquiátrico externo no fue necesario.
Este peritaje se incorpora así al proceso que se sigue en la Corte Nacional de Justicia para determinar si Glas es culpable o no en el manejo de los fondos destinados a la reconstrucción de Manabí tras el terremoto de 2016.