Andrés Gómez: 35 años del mayor golpe del tenis ecuatoriano

Un día como hoy, hace 35 años, Andrés Gómez escribió la página más gloriosa del tenis nacional

El 10 de junio de 1990, el zurdo guayaquileño venció a un joven Andre Agassi en la final de Roland Garros y se coronó campeón del Grand Slam parisino. Fue 6-3, 2-6, 6-4 y 6-4 en la histórica Philippe-Chatrier.

Con ese triunfo, Gómez no solo alcanzó el momento cumbre de su carrera, sino que se convirtió en el primer —y hasta hoy, único— ecuatoriano en ganar un título de Grand Slam en singles. Una hazaña que sigue siendo motivo de orgullo nacional y latinoamericano.

“Creo que soy un privilegiado de mi deporte, de mi país y de Roland Garros”, diría años después. No fue una final fácil: venía de derrotar en semifinales al austríaco Thomas Muster, uno de los mayores especialistas en arcilla de la historia.

De Guayaquil al podio del tenis mundial

Gómez alcanzó el puesto N.º 4 del ranking ATP ese mismo 1990, pero ya antes había tocado la cima del mundo en dobles (1986). Sumó 21 títulos en singles y 33 en dobles, y marcó una era para el tenis latinoamericano.

En retrospectiva, confesó que jamás soñó con ser profesional: “Soñaba con ganar Wimbledon o el US Open, pero no soñaba con ser jugador profesional”. Eso cambió cuando entendió que podía competir al máximo nivel, inspirado por referentes como Guillermo Vilas.

Un legado que se extiende

La carrera de Gómez también sembró un camino: su hijo Emilio Gómez, y sus sobrinos Nicolás y Giovanni Lapentti y Roberto Quiroz también destacaron a nivel internacional. Un apellido que sigue ligado al tenis y a la historia del deporte ecuatoriano.

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