Seguridad, crimen y soberanía: el nuevo debate que sacude al país

Bases extranjeras ¿Su retorno está cerca?

La Asamblea Nacional aprobó el informe para el segundo debate de la reforma parcial al artículo 5 de la Constitución, una propuesta impulsada por el Ejecutivo que permitiría la presencia de bases extranjeras en territorio ecuatoriano con fines de cooperación en seguridad y lucha contra el crimen organizado. La medida, que obtuvo el respaldo de 82 legisladores de diversas bancadas, ha generado un intenso debate nacional sobre los límites entre la seguridad y la soberanía.

Actualmente, el artículo 5 establece que Ecuador es un territorio de paz y prohíbe expresamente el establecimiento de bases militares extranjeras. La reforma propone mantener únicamente la afirmación de que Ecuador es un territorio de paz, eliminando la prohibición explícita. Quienes respaldan la modificación argumentan que el país enfrenta amenazas transnacionales, como el narcotráfico, el terrorismo y las mafias criminales, que operan con recursos, logística y alianzas internacionales. En este escenario, sostienen que la cooperación internacional podría fortalecer la capacidad del Estado para enfrentar estos desafíos.

Por otro lado, algunos sectores expresan preocupación por el posible impacto que tendría esta reforma en los principios de soberanía nacional. Señalan que permitir la presencia de bases extranjeras podría abrir la puerta a una dependencia en materia de seguridad o a presiones externas sobre las decisiones del Estado. La Revolución Ciudadana, principal bloque de oposición, ha manifestado su rechazo, señalando que este tipo de cambios deben ser ampliamente discutidos por la ciudadanía.

El Gobierno, por su parte, plantea que la reforma no implica ceder control del territorio, sino sumar capacidades frente a una criminalidad que ya ha comprometido seriamente el orden público. Desde su perspectiva, la soberanía no está únicamente vinculada a la ausencia de actores extranjeros, sino a la capacidad real del Estado para ejercer control sobre su territorio, algo que el crimen organizado ha venido socavando en los últimos años.

Al tratarse de una reforma parcial a la Constitución, el tema no queda zanjado en la Asamblea. Será la ciudadanía, mediante un referéndum, quien finalmente decidirá si respalda o no esta propuesta.

 

¿Por qué es clave? Porque no elimina la soberanía. La soberanía es un país controlado por su Estado, no uno controlado por el crimen. Hoy, la verdadera amenaza a nuestra soberanía no son los aliados, son los carteles.

Ahora algunos gritan:

“¡Se pierde la soberanía!”

¿En serio?
La soberanía ya está perdida cuando no puedes entrar a un barrio porque es zona de narcos.
La soberanía se pierde cuando un juez libera a un sicario porque tiene miedo de ser ejecutado.
La soberanía se pierde cuando las cárceles son centros de operaciones de grupos criminales internacionales.

Las bases extranjeras —bajo acuerdo, bajo control del Estado ecuatoriano— nos dan herramientas, no dependencia. Nos permiten enfrentar el crimen organizado transnacional con inteligencia, tecnología, entrenamiento, logística y cooperación internacional.

Este artículo representa una opinión personal y no refleja la postura oficial de este medio. Se trata de un análisis basado en fuentes y percepciones del autor sobre el contexto actual político.

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