Extorsiones paralizan dos líneas de buses en Guayaquil

La inseguridad sigue golpeando al transporte urbano de Guayaquil y la ciudadanía queda en el limbo a la espera de soluciones viales.

Desde el pasado 1 de mayo, las líneas 49 y 114 dejaron de circular en el sector de Flor de Bastión, dentro del distrito Nueva Prosperina, debido a las constantes amenazas y ataques de grupos delictivos dedicados a la extorsión.

Transportistas denunciaron que los extorsionadores exigen el pago de hasta 40 000 dólares para permitir que las unidades operen. El esquema incluye una supuesta “entrada” de 25 000 dólares y cuotas mensuales de 3 000 dólares. Ante el riesgo para sus vidas y la imposibilidad de cubrir esas cifras, los dueños de los buses optaron por suspender el servicio.

Los afectados señalan que las amenazas provienen de una nueva fracción del grupo delictivo conocido como Los Tiguerones, declarado organización terrorista por el gobierno ecuatoriano. Esta facción estaría operando con violencia extrema en sectores del noroeste de Guayaquil.

La paralización del servicio ha dejado sin transporte a cientos de usuarios que habitan en las zonas más vulnerables del distrito. “Ahora tenemos que caminar más de 20 minutos hasta la vía principal para buscar otro bus”, contó una moradora del sector.

La situación se agravó tras un ataque armado registrado los últimos días de abril. Un bus de la línea 49 fue blanco de disparos mientras realizaba su recorrido habitual. En el interior del vehículo, Placida Luna, de 54 años, recibió un impacto mortal mientras pagaba el pasaje.

Las autoridades aún no han dado una respuesta efectiva frente al cierre de estas rutas, lo que mantiene en zozobra tanto a transportistas como a pasajeros.

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