Los chats y audios existen del caso ligados.
El exconsejero del CPCCS, Augusto Verduga, reapareció públicamente tras la filtración de audios y chats que sacudieron al correísmo en plena crisis interna. En un video difundido en sus redes, Verduga niega haber grabado las conversaciones, asegura que jamás ordenó hacerlo y afirma que nunca vulneraría el derecho a la privacidad de nadie. Aun así, lo que más llama la atención no es lo que niega… sino lo que admite: reconoce que “algunas conversaciones son parcialmente reales”, aunque supuestamente descontextualizadas o manipuladas. Esa frase, aunque parezca menor, confirma la autenticidad del material. No es un montaje. No es una invención. Los chats y audios existen.
Y eso lo confirma también una voz clave dentro del mismo movimiento: Luisa González.
La excandidata presidencial de Revolución Ciudadana responsabilizó directamente a Verduga por la grabación de conversaciones internas y lo acusó de atentar contra la confianza y la transparencia dentro del movimiento. “Es maquiavélico”, dijo Luisa. “No comparto ese tipo de comportamientos dentro de ninguna organización política”.
Si González lo acusa por haber grabado… es porque da por hecho que esas conversaciones sí ocurrieron. Si le reprochan cómo se obtuvo la información, pero no niegan lo que se dijo, entonces el problema no es la filtración: es el contenido.
La crisis interna en la Revolución Ciudadana es evidente. Mientras Augusto intenta limpiar su nombre apelando a su “dignidad intacta”, Luisa lo tilda de desleal. Ambos se acusan mutuamente, pero sin negar el fondo: los chats son reales. Lo que se dijo, se dijo.
En un país donde la política suele esconderse detrás de victimismos y teorías conspirativas, este caso deja una enseñanza clave: a veces no hace falta que alguien lo confirme todo con palabras… basta con leer entre líneas y ver quién reacciona como si fuera culpable. (O)
Este artículo representa una opinión personal y no refleja la postura oficial de este medio. Se trata de un análisis basado en fuentes y percepciones del autor sobre el contexto político actual en Ecuador y la región.