En los primeros meses de 2025 subieron ligeramente los accidentes de tránsito en zonas urbanas.
En Guayaquil, las alarmas por siniestros viales se mantienen encendidas en las principales arterias de la ciudad: la Perimetral, la autopista Narcisa de Jesús y la vía a Daule. Estas rutas concentran los mayores niveles de siniestralidad durante el primer trimestre de 2025, con un repunte de accidentes impulsado principalmente por el exceso de velocidad y las lluvias que dejan calzadas resbalosas.
Según datos del Observatorio de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM), entre el 1 de enero y el 31 de marzo se registraron 1.001 siniestros de tránsito, superando los 978 del mismo periodo en 2024. Las principales causas siguen siendo pérdida de carril, atropellamientos y choques laterales. En este contexto, ciudadanos y moradores de barrios cercanos piden con urgencia una revisión de los límites de velocidad, mejoras en infraestructura peatonal y más presencia de agentes de control.
Uno de los puntos más críticos es la vía Perimetral, que hasta marzo ha acumulado 73 siniestros, 70 heridos y 11 fallecidos. La velocidad excesiva es la causa más recurrente, especialmente en horarios nocturnos. En la autopista Narcisa de Jesús, los moradores reportan maniobras peligrosas como cambios de carril sin precaución, incluso en zonas donde ya se han instalado medidas para reducir atropellos.
La vía a Daule también refleja esta problemática. En los primeros tres meses de 2025 se reportaron 90 siniestros, cuatro más que en el mismo periodo del año anterior. La presencia de vehículos pesados y la falta de visibilidad por lluvias agravan el panorama. Solo en abril se han reportado varios incidentes graves, entre ellos el choque de un tráiler con un bus en la Perimetral que dejó siete heridos, y el impacto de un camión con un recolector de basura en la Narcisa de Jesús.
A pesar de las campañas preventivas como “No tenía que pasar”, la ciudadanía insiste en que no bastan los mensajes. Piden acciones más concretas: señalización clara, control estricto de velocidad y mayor vigilancia en sectores donde los conductores convierten las vías en pistas.
Mientras tanto, el tránsito en estas zonas sigue siendo una preocupación constante, tanto por la seguridad de quienes las usan a diario como por el impacto en la movilidad de toda la ciudad.
