100.000 personas marchan en Cuenca contra minería y por agua

En Cuenca, miles de personas se unieron en una gran marcha por el agua contra la minería en Loma Larga.

El 16 de septiembre de 2025, Cuenca vivió una movilización histórica: más de 100.000 personas salieron a las calles en la Marcha por el Agua, en rechazo al proyecto minero Loma Larga y para proteger las fuentes hídricas de Quimsacocha. Los ciudadanos formaron lo que llamaron un “quinto río”, en alusión a la concentración masiva que atravesó avenidas y plazas de la ciudad, a pesar del estado de excepción decretado horas antes por el presidente Daniel Noboa.

La movilización comenzó en el barrio San Roque, un punto tradicional de encuentro de colectivos ambientales, donde se realizó una ceremonia ancestral antes de que los manifestantes avanzaran hacia el centro de Cuenca. Las principales vías, incluyendo la avenida Loja, 12 de Abril y el Paseo 3 de Noviembre, se llenaron de personas con pancartas que decían: “Kimsacocha no se toca”, “El agua es vida” y “Sin agua no hay futuro”.

La marcha transcurrió sin una cabeza visible, aunque autoridades locales instalaron tarimas desde donde se dirigieron a los participantes. El alcalde Cristian Zamora aseguró que Cuenca había enviado un mensaje claro contra el proyecto minero, mientras que el prefecto Juan Cristóbal Lloret reiteró la solicitud al Gobierno para revocar la licencia ambiental otorgada a Dundee Precious Metals, empresa canadiense responsable de Loma Larga.

La movilización contó con la participación de comunidades locales, organizaciones sociales, estudiantes, docentes, artistas, sindicatos y familias enteras. También estuvieron presentes autoridades religiosas; el monseñor Marcos Pérez bendijo el agua y participó en la misa celebrada en la Catedral por el cardenal Luis Cabrera, en un acto cargado de simbolismo.

El proyecto Loma Larga, ubicado en tres cantones del Azuay, rodea el Área Nacional de Recreación Quimsacocha, de alta importancia ambiental. En el yacimiento se han identificado minerales metálicos como cobre y oro, y estudios de factibilidad proyectan la extracción de unas 200.000 onzas de oro en los primeros cinco años de operación.

Los manifestantes exigieron al Gobierno la revocación total de la licencia ambiental y la suspensión de cualquier actividad extractiva en Quimsacocha. La Marcha por el Agua logró movilizar a la sociedad cuencana de manera diversa y masiva, mostrando la unidad de distintos sectores en torno a la protección de un recurso vital.

Durante todo el día, la concentración se extendió por varias cuadras, con actividades artísticas y tradicionales como la pampamesa, que permitió a los participantes compartir alimentos tras la protesta. A lo largo de la jornada, el compromiso con la defensa del agua se convirtió en el principal motor de la movilización, dejando en evidencia la fuerza social de Cuenca frente a proyectos que amenazan sus recursos hídricos.

 

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